“Y entonces él nos abraza, se posa sobre nosotros, deja caer su peso sobre nuestros hombros, se incrusta por la piel, el corazón se agita, las horas pasan galopando mientras nosotros corremos, alzamos la cara, no vemos nada”. (Olar Zapata – Sobre el tiempo – 2008)
Este proyecto colaborativo consistió en representar la idea del tiempo a través de mensajes gráficos. Para este proyecto trabajamos en conjunto cuatro personas, mi novia Amor Teresa G.S. en Querétaro México, mi hermana Odette Fajardo y mi madre Teresa Montaño en el DF México, y yo acá en Valencia. Cada persona interpreto la idea del tiempo, tomando como constante siempre un mensaje impreso que dijera “EL TIEMPO”. Se trabajo de esta forma para representar el carácter universal que tiene el tiempo, que no es un asunto de espacio.
El tiempo es algo que siempre traemos encima, en el que vivimos sumergidos, hagamos lo que hagamos estamos determinados por él. En particular pensaba en el concepto de tiempo en los momentos en donde tenemos poco tiempo para hacer bastantes cosas, como me sucede a mi en este momento. Así pues, pensaba en la idea de externar de alguna forma este agobio que siento por el paso de tiempo, como es que este concepto influye en nuestra vida amoldando las acciones que hacemos o no hacemos a su accesibilidad, externar esto de alguna manera. Me gusta la idea de colocar los letreros en las mochilas, pues estas son elementos externos a nosotros que cargamos encima, en cierto sentido, son una extensión de nuestro andar, siguen todos nuestros movimientos, y a pesar de influir de esta manera, no las vemos pues las llevamos detrás nuestro, así el tiempo, no lo vemos pero esta ahí, nos acompaña en donde estemos, a donde vamos, nos influye directamente en nuestras acciones diarias.
A continuación la experiencia de las personas que colaboraron con el proyecto.
Amor Teresa Gutiérrez Sánchez:
“Cuando los conocí, muchos de ellos, principalmente en edades entre los 6 y 12 años, no tenían bien establecidos sus referentes básicos de ubicación temporal, es decir, no conocían los días, los meses, las estaciones del año, muchos de ellos ni siquiera sabían cuando cumplían años ni cuanto duraba un mes o un año. Recuerdo que cuando les preguntaba sobre su cumple y les pedía que se esforzaran en recordarlo con el pretexto de "saber cuando les llevaría su regalo" algunos de ellos ni se inmutaban. De plano no sabían. De nuevo, sus nociones temporales eran bien básicas, pues apenas comprendían conceptos como antes, después, ayer, mañana, pasado mañana, día, noche, etc.
Eso era al principio, (hago referencia a hace 8 meses) y sólo en los chamacos que después de la valoración psicopedagógica se sugería trabajo especial. Cabe destacar que entre ellas, habían al menos dos niñas de 12 años que no sabían su edad exacta.
Con el tiempo y a partir de que han sido constantes en su asistencia al centro, han podido consolidar estos conceptos temporales, ahora incluso ya conocen como cambian las estaciones del año y por supuesto, su cumpleaños y su edad, pues ahora habemos mas personas a las que nos interesa festejarles.
En resumen. Muchos de los niños y niñas en situación de calle, por serlo, están desfavorecidos de sus necesidades básicas de alimentación, vestido, afecto, atención y estructura familiar. Por ello, muchos de ellos y sus familiares viven en el momento sin preocuparse de lo que sucederá mañana o dentro de un mes, o de cómo les gustaría festejar su próximo cumpleaños. Muchos de ellos sólo esperan tener qué comer y dinero para poder asistir a la escuela, pero sin ser ambiciosos en visualizarse a futuro como profesionales. Tal vez esa sea una razón por la cual no se percaten de que el tiempo pasa y se clasifica en meses, en años... y tal vez por eso sólo se limiten a disfrutar del paisaje verde que trae la primavera, sin saber que así se llama esa estación del año.
Por otra parte es bien cierto que otros cargan con muchas responsabilidades prematuras: trabajar, cuidar de sus hermanos menores, principalmente. Por eso sí se preocupan en estar a tiempo en el lugar donde venderán sus mercancía, o de apurarse en terminar sus tareas de la escuela, o ya dentro de ella de terminar sus exámenes en un tiempo determinado, aún cuando no puedan escribir como referencia que no terminaron el cuestionario o no memorizaron las fechas de la independencia por estar pensando en cómo su papá le pegaba el otro día a sus mamá, etc.”
Odette Fajardo:
"El tiempo es transparente, atraviesa las paredes cual fantasma, recorre las pieles de las gentes por fuera y por dentro, y no se mira por los ojos, ni te mira directamente, en fin el tiempo pasa y pasa y en un suspiro te consume".
Teresa Montaño:
“Creo que el objetivo era así como mostrar gráficamente a la gente cómo el tiempo está encima, algo así como visualizar como cargamos con el tiempo todo el tiempo”.
Agradecimientos especiales a: Cristian Romero Reyes, Laura Andrés Lara, Cristina Domingo Miguel, Maricela Martínez Miguel, Marcela Esquivel Flores, y Araceli Rivera Hernández
lunes, 10 de marzo de 2008
domingo, 9 de marzo de 2008
¿CONOCES A ESTA PERSONA?
“Y entonces el frio calor de la realidad abre unos ojos que por siempre permanecen cerrados, la luz que apenas se distingue se torna en un miedo que hace sentir escalofríos, y el dolor de pensar en el otro lado del espejo cierra de nuevo los ojos”. (Olar Zapata - Escritos varios – Nov. 2001)
Esta acción consistió en pegar en todos los ascensores de un edificio de la ciudad de Valencia, unas pantallas de televisión con un mensaje. Para esta acción se necesitaba utilizar la silueta de una televisión (símbolo de la sociedad del espectáculo), esta debía de llevar un mensaje que dijera: “¿conoces a esta persona?”, aludiendo a la auto reflexión de la persona o persona que se subieran al ascensor. El asesor en el que se colocaron las televisiones, debía de tener un espejo en su interior, para que así, la persona, o personas se reflejaran dentro de la pantalla del televisor. Junto con Thibault Daoulas (gracias por la ayuda) colocamos las televisiones recortadas dentro de los ascensores, rápidamente para no ser sorprendidos y perder entonces el carácter anónimo de la acción. Después publicar esta acción en internet para que sea una voz que se escuche.
La idea de esta acción surge de dos vertientes, la crítica hacia la TELECRACIA, y la falta que tenemos de INTROSPECCIÓN ( 1. f. Observación interior de los propios actos o estados de ánimo o de conciencia. (Real Academia Española, Diccionario de la lengua española - Vigésima segunda edición)).
En este momento, nos encontramos con un panorama en el cual la televisión nos empuja de manera silenciosa a formas de pensamiento dirigido, a eliminar paulatinamente la reflexión hacia las problemáticas que atañen a la sociedad en su conjunto, y a nosotros mismos como individuos; la televisión nos muestra la parte del mundo que debemos ver, lo que debemos escuchar, y nos amolda a sus juicios de valor. Ha llegado la televisión a formar parte de nuestras vidas al grado de que su presencia ya no nos es ajena, se percibe como una pieza más de nuestra cotidianidad y entonces la aceptamos sin cuestionar. Lo anterior no es ningún misterio, es algo que casi todos sabemos, pero que poco se ha hecho al respecto para cambiar.
Así mismo vivimos en un momento en donde la introspección no es tan común porque representa un momento en el cual tenemos que salir de las convenciones, de los moldes, de los personajes, para poder mirarnos desde adentro sin prejuicios, desnudos por completo tal y como somos.
La introspección es un proceso difícil pues nos enfrenta con nosotros mismos, nos muestra las partes que no queremos ver, nos encamina reconocer los errores, a aceptar las virtudes, a dialogar con nuestras necesidades, a convivir con nuestros miedos, a encontrarnos, así desconocidos como somos de nosotros mismos. Este encontrarnos supone un reemplazo, una perdida, un descubrimiento. Es más cómodo no enfrentarse con lo que no conocemos, es mas cómodo vivir de la manera que nos es común, caminar los caminos conocidos, no reflexionar, es mas cómodo no reflexionar pues no nos exige nada solo dejarnos conducir.
El ascensor de mi edificio es un espacio en el que la mayoría de las veces uno se encuentra solo. Había notado que en el momento en el que la gente nos subíamos a él, lo primero que hacíamos era mirarnos al espejo para acicalaros, o ver si traemos manchada la camiseta, etc. miradas superficiales, miradas que no van más allá del espejo, miradas que no exigen, que pasan de largo.
Está acción, en la cual buscaba un punto de reflexión en este espacio solitario, una reflexión introspectiva que por un momento rompiera los esquemas asumidos que tenemos gracias a la televisión, utilizando la autoridad de esta misma para dar el mensaje y que nos hiciera voltear a vernos por dentro, aunque sea un momento.
Esta acción consistió en pegar en todos los ascensores de un edificio de la ciudad de Valencia, unas pantallas de televisión con un mensaje. Para esta acción se necesitaba utilizar la silueta de una televisión (símbolo de la sociedad del espectáculo), esta debía de llevar un mensaje que dijera: “¿conoces a esta persona?”, aludiendo a la auto reflexión de la persona o persona que se subieran al ascensor. El asesor en el que se colocaron las televisiones, debía de tener un espejo en su interior, para que así, la persona, o personas se reflejaran dentro de la pantalla del televisor. Junto con Thibault Daoulas (gracias por la ayuda) colocamos las televisiones recortadas dentro de los ascensores, rápidamente para no ser sorprendidos y perder entonces el carácter anónimo de la acción. Después publicar esta acción en internet para que sea una voz que se escuche.
La idea de esta acción surge de dos vertientes, la crítica hacia la TELECRACIA, y la falta que tenemos de INTROSPECCIÓN ( 1. f. Observación interior de los propios actos o estados de ánimo o de conciencia. (Real Academia Española, Diccionario de la lengua española - Vigésima segunda edición)).
En este momento, nos encontramos con un panorama en el cual la televisión nos empuja de manera silenciosa a formas de pensamiento dirigido, a eliminar paulatinamente la reflexión hacia las problemáticas que atañen a la sociedad en su conjunto, y a nosotros mismos como individuos; la televisión nos muestra la parte del mundo que debemos ver, lo que debemos escuchar, y nos amolda a sus juicios de valor. Ha llegado la televisión a formar parte de nuestras vidas al grado de que su presencia ya no nos es ajena, se percibe como una pieza más de nuestra cotidianidad y entonces la aceptamos sin cuestionar. Lo anterior no es ningún misterio, es algo que casi todos sabemos, pero que poco se ha hecho al respecto para cambiar.
Así mismo vivimos en un momento en donde la introspección no es tan común porque representa un momento en el cual tenemos que salir de las convenciones, de los moldes, de los personajes, para poder mirarnos desde adentro sin prejuicios, desnudos por completo tal y como somos.
La introspección es un proceso difícil pues nos enfrenta con nosotros mismos, nos muestra las partes que no queremos ver, nos encamina reconocer los errores, a aceptar las virtudes, a dialogar con nuestras necesidades, a convivir con nuestros miedos, a encontrarnos, así desconocidos como somos de nosotros mismos. Este encontrarnos supone un reemplazo, una perdida, un descubrimiento. Es más cómodo no enfrentarse con lo que no conocemos, es mas cómodo vivir de la manera que nos es común, caminar los caminos conocidos, no reflexionar, es mas cómodo no reflexionar pues no nos exige nada solo dejarnos conducir.
El ascensor de mi edificio es un espacio en el que la mayoría de las veces uno se encuentra solo. Había notado que en el momento en el que la gente nos subíamos a él, lo primero que hacíamos era mirarnos al espejo para acicalaros, o ver si traemos manchada la camiseta, etc. miradas superficiales, miradas que no van más allá del espejo, miradas que no exigen, que pasan de largo.
Está acción, en la cual buscaba un punto de reflexión en este espacio solitario, una reflexión introspectiva que por un momento rompiera los esquemas asumidos que tenemos gracias a la televisión, utilizando la autoridad de esta misma para dar el mensaje y que nos hiciera voltear a vernos por dentro, aunque sea un momento.
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