Hace un año en 2019, si paseando por la calle
veíamos a una persona con el rostro cubierto podía despertar sospecha, en
algunos bancos estaba prohibido entrar con lentes obscuros o gorra que
ocultaran la cara, las personas encapuchadas en las protestas sociales eran mal
vistas, el cubre bocas estaba destinado al mundo médico y si acaso, a unas
cuantas personas que no querían contagiar la gripa estacional que tenían, hoy en día, esta prenda que cubre por lo
menos la nariz y la boca se ha vuelto un código visual de socialización, un
amuleto de protección y la manera colectiva de asumirnos en estado de alarma.
Escultura con cubre bocas – Ciudad de México – Fotografía: Olar Zapata
Link de descarga: https://www.academia.edu/43279423/El_cubre_bocas_como_m%C3%A1scara_psicol%C3%B3gica_en_tiempos_del_COVID19
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